Trazando objetivos: “Ser feliz no es realista”

“Plantearse un objetivo vago es como entrar en un restaurante y decir:  Tengo hambre. Deme algo de comer” Steve Pavlina.

Citado en MBA Personal de Josh Kaufman

Un objetivo es una directriz, un camino que seguir. Sin objetivos, vagamos, damos tumbos sin sentido. Así es en la vida real, así es en el análisis digital.

En la actualidad, la reunión de datos se ha convertido en la tendencia, pero no hundirse en ellos es una de las tareas más difíciles a la hora de analizar y detallar el comportamiento de tus usuarios de la web. Hace poco, debatieron este tema en un interesante artículo de Puro Marketing: Marketers y la acumulación de datos.

Cuando empecé mi trabajo final para obtener la licenciatura, uno de los mayores retos fue precisamente: cómo sacar datos de valor, conclusiones, inferencias e “insights” de datos acumulados que en muchos casos sobrepasan nuestra capacidad de interpretación.

Sentía que me hundía en cierta forma con tantos números y sin una metodología clara para interpretarlos.

En el caso de programas de análisis digital, siendo Google Analytics uno de los más conocidos, la mejor forma de empezar a recopilar datos de valor, es a través de 3 herramientas: segmentación, contextualización y objetivos.

Ya hablaremos más delante de la segmentación y la contextualización que dan para mucho cada uno de ellos; en este caso quería concentrar mi habitual reflexión en los objetivos. Pero antes, entendamos el “contexto”:

El contexto

¿Qué diferencia hay entre decir?

  • Este mes la web de mi empresa recibió 10.000 visitantes [Punto y aparte].
  • O decir, este mes mi empresa recibió 10.000 visitantes que son 5.000 personas menos que otras páginas del mismo sector.

El ejemplo es imaginario por supuesto, pero la segunda oración nos ofrece más información, no por los datos de tu empresa (¡cómo ves no aporta nada nuevo sobre tu web!) pero aporta una información contextual de tu entorno.

10.000 visitantes únicos no le dicen nada a tu mente sobre el funcionamiento de tu web (un número vago que implica que mucha gente te visitó).

La comparación contextual con el sector te ofrece una información adicional, responde a una pregunta clave: ¿nuestra página atrae tantos visitantes como lo hacen otras páginas del mismo sector? (y a partir de allí, buscaremos las causalidades).

Mi forma de presentar los datos de análisis y seguimiento a las empresas ha evolucionado, haciendo siempre una revisión crítica de cómo incorporar ese necesario contexto para transmitir de forma correcta la información

Lo mismo me ha sucedido con los objetivos. Parece simple, ¿pero realmente lo es?

Me sorprende con qué frecuencia le pregunto a una persona y/o empresa, cuál es el objetivo de su página web, y observar mucha vaguedad en los objetivos. De las respuestas más habituales:

  • Presentar la empresa (¿Cómo una tarjeta de presentación? Seguro sale más barato un tríptico)
  • Atraer clientes… (vale y al preguntar: ¿Cómo los atraes? No suele haber una estrategia clara)
  • Estar en el mundo online (¡ser o no ser, he aquí el dilema!)

En fin, no hay una definición clara.

Como señala en su libro, Kaufman, un: “Objetivo definido desempeña un papel fundamental en la motivación” y además de la motivación, los objetivos…

“Tienen que enfocarse desde un punto de vista práctico para saber cuando los alcanzas (ser feliz no es realista)”

Parece simple, pero no siempre lo es. Los blogs suelen tener una estrategia más clara, sino bien desde el principio, suelen evolucionar (los que no mueren por aburrimiento).

Pero en el caso de las páginas de empresas (no Ecommerce) o empresas que generan sus ingresos por servicios o ventas locales, no suelen tener muy claro, cuál es el objetivo de su web.

Siempre les digo de forma un poco dramática (pero real):

Empezar a medir los objetivos es igual que empezar a generar los resultados

¿Queremos una subscripción al boletín? ¿Un contacto o llamada? ¿Que la gente nos visite por más de 3 minutos y que lea nuestros contenidos?

Y algo que es importante, además de medir esos objetivos es cuantificarlos con valores económicos. Entiendo que es un valor subjetivo y que valorar, por ejemplo, una subscripción a un boletín en 1 € puede ser una aproximación monetaria poco exacta, pero nos ayuda a rentabilizar la página, al saber, cuánto dinero y tiempo invertimos en ella y qué beneficios nos está generando mes a mes.

Y nunca olvidemos algo, como nos señala Kaufman, para nuestras metas personales y profesionales:

“Cambiar de objetivos está muy bien. A veces creemos desear algo y luego nos damos cuenta de que no era eso lo que queríamos. No pasa nada; a eso se llama aprendizaje”

Lo mismo sucede en el mundo digital, ¡aunque con menos frecuencia!

Suele haber más estabilidad en el HTML que en la mente humana

Así que no tengamos miedo y empecemos a medir y poner valor a nuestros objetivos, como en la vida misma, nuestra web, estará cumpliendo una función.

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