Mi podcast cumple 2 meses. Parece poco, pero quienes crean contenido de forma constante y semanal, sabemos que es un compromiso muy gratificante, pero un reto muy difícil de cumplir.
Sobre todo cuando tus ingresos estables dependen de servicios y tiempo de dedicación a tus clientes y ya sabemos que la gestión del tiempo, es casi un arte.
Yo mantengo este blog «personal» y de «empresa» desde hace varios años (casi 5) pero tengo un compromiso «mensual» y no representa ni de lejos, el trabajo que implica crear un podcast semanal.
Crear un podcast implica preparación, investigación, crear una escaleta, grabar, editar, divulgar, y un largo etc.
El tiempo te permite ir madurando y automatizar el proceso, pero si buscas calidad, necesitas dedicar un valioso tiempo.
Además, como es normal, dedicándome al SEO me niego a dejar solo un testimonio auditivo.
En cada uno de los capítulos transcribo el podcast, agregando capturas de pantallas, herramientas, enlaces, y un largo etc que implican un trabajo «extra» que evidentemente me ayudará a medio y largo plazo en buscadores.
Como autónomo (aunque prefiramos el término emprendedor o freelance), a efectos prácticos somos los «pringados» de Hacienda.
No vendemos un producto, sino que gestionamos un servicio difícilmente escalable, y tendremos siempre la limitación clave: el tiempo.

Somos los fontaneros digitales del siglo XXI
Por ello el término productividad se ha puesto de moda, y creo que no las pasamos buscando y ajustando la mejor estrategia para aprovechar nuestro tiempo al máximo.
Yo hice el curso de productividad de Boluda, y en la actualidad utilizo una mezcla de métodos entre GTD (get things done), time blocking, extrayendo las cosas que veo me funcionan y eliminando el resto.
Me gusta el minimalismo que plantea Boluda y no me dejo llevar por las herramientas.
Uso las mínimas posibles: Trello, para la gestión de tareas (mi bandeja de entrada), calendario de Google para mi día a día y para entender mi uso del tiempo, timeneye que me vale para poder analizar el tiempo que dedico a cada proyecto y tareas.
Y por más que pienso que lo tengo todo bajo control, un exceso de presupuestos, una semana movida en mails, una fiebre de mi hijo, hacen que la organización de la semana se me tambalee.
Hace poco conocí un podcast argentino que me encantó: Como fabricar tiempo, de Martina Rua y Pablo Martín Fernández. Se los recomiendo porque me ha ayudado en muchas cosas, escuché casi todos sus capítulos y sus reflexiones son sencillas pero muy poderosas.
Lo puedes escuchar en Ivoox y en Itunes. Tienen un libro que ya leeré y te contaré.
Por más organizados/as que seamos, estoy seguro que todos y todas nos hemos frustrado en algún punto, sobre todo con picos de trabajos, vencimientos de plazos, solicitudes de presupuestos y un largo etc.
Llegamos a fin de trimestre cansados y si seguimos allí, es por nuestras familias, nuestros hijos y con la esperanza de ir mejorando tus procesos, haciéndote más escalable y corrigiendo tus errores, para estar mejor en el próximo trimestre.
¡Reconozco que a veces me siento abrumado! 🙁
Creo una relación cercana con mis clientes y si veo que no puedo cumplir del todo sus expectativas, en el momento que ellas o ellos quieren, me frustra y preocupa.
No por la pérdida de un cliente, sino porque en el sector de los servicios nos relacionamos personalmente, creamos lazos y cuesta desvincularse emocionalmente.
Cada quien tiene sus plazos y tiempos, lo que es difícil de compaginar siempre a gusto de todas las personas.
Estos clientes te escogen precisamente por esas cualidades: atención al detalle, servicio personalizado, seriedad. Es lo que te permite diferenciarte de servicios automatizados mucho más económicos.
En mi segmento, mis clientes no van a precio, van a calidad del servicio.
El problema del SEO es que no es un «resultado final» como podría ser una web y listo; es un proceso de mejora de la visibilidad de la web y no hay fórmulas mágicas, debes implementar una serie de cambios paulatinos y a veces cuesta más que otras.
La vinculación emocional, sé que no es lo mejor a nivel estratégico ni empresarial, pero estoy convencido que es la única forma que un proyecto salga adelante y de forma exitosa.
Si todas las partes «reman» en la misma dirección.
El compromiso de la gestión del contenido, como todo en la vida, es cuestión de acostumbrarse.
Hacemos estas labores divulgativas porque nos ayudan con nuestra marca personal, a tener más visibilidad, pero se terminan convirtiendo en un proceso «purgatorio» y formativo de nuestro trabajo.
Te obliga a ser mejor profesional por la constante exposición pública. Te ayuda a tener una formación constante, algo que es imprescindible. Debemos verlo como un proceso, no como un fin.
Representa una forma increíble de iniciar nuevos proyectos. Sin darnos cuentas inicias «algo» que puede influenciar o ayudar a otra persona y es como una cadena, sabes donde comienza, pero no dónde termina.
Los retos que representan valen la pena. En tan solo dos meses, el apoyo de tantas personas a esta iniciativa ha sido increíble.
Me ha ayudado a ir creciendo profesionalmente, me divierte muchísimo hacerlo e inicia proyectos e ideas donde menos me lo espero. Y si por encima, ayuda a otras personas a entender conceptos, plugins y buenas prácticas, pues me doy por satisfecho.
Gracias por acompañarme estos primeros dos meses de mi podcast.
Trataré de mejorar la divulgación en redes, que sé que es un punto muy débil. Es una faceta que no me siento muy cómodo y suelo procrastinar a niveles insospechados, creando una sola publicación cada jueves.
Será una cosa que terminaré delegando.
Me encanta el análisis y la ejecución de proyectos con clientes, me encanta la creación de contenidos (blog y podcast), incluyendo el mailing semanal del programa y el mailing mensual de Ku-SEO, pero gestionar las redes sociales es una ardua tarea, que no termino de poder encajar en mi organización semanal.
Gracias por acompañarme y escucharme.
Si te gustó comparte, me ayudará a llegar a más personas. Nos vemos el próximo mes, y espero, que con mi agenda mejor organizada 😉
Gracias a Samuel Sianipar y Lucas Blazet de Unsplash por las fotografías que acompañan este post.